La huerta es el espacio dedicado al cultivo de hortalizas, verduras y frutas de temporadas y puede encontrarse aislado o formar parte del jardín. Pero si no dispones de un jardín o de una parcela, también existe la posibilidad de crear un pequeño huerto en una terraza.

Una huerta en casa aporta ventajas únicas como la satisfacción de producir nuestros propios alimentos o la posibilidad de consumir verduras y frutas de un gusto y sabor excelente, que ya no es posible adquirir en el mercado.

Las labores de mantenimiento a realizar en el huerto, coinciden en muchos casos con las técnicas de cultivo del resto de plantas del jardín, pero las hortalizas están sometidas a un gran estrés y productividad, por lo que tienen mayores exigencias y requieren de cuidados particulares.

Diseño de un huerto

La creación de un huerto exige una planificación detallada en la que influyen diversos factores como el diseño global del jardín, las necesidades de consumo de la familia, la zona climática, el espacio disponible, así como, el tiempo y esfuerzo que se esté dispuesto a dedicar.

Tamaño del huerto

Un pequeño huerto de 40-50m2 puede ser suficiente para abastecer de hortalizas básicas (lechugas, tomates, calabacines, zanahorias, puerros, cebollas, judías, coles..) a una familia media de cuatro miembros. Si esta familia desea disponer, además, de hortalizas para conserva o para regalar a familiares y amigos, así como, de alubias secas, patatas, calabazas, sandías, melones… Será necesario un huerto de entre 100m2-300m2.

Si se desea incluir árboles frutales dentro del área de huerta, habrá que distribuirlos de forma que no quiten el sol a las hortalizas, lo que disminuiría su producción, especialmente en el caso de las hortalizas de fruto, que necesitan sol y calor para su desarrollo.

Tipos de huerto

Las opciones de diseño para una huerta son ilimitadas, si bien, el diseño de la huerta se puede basar en formatos clásicos, silvestres, modernos y urbanos:

  • Huerto tradicional. Los huertos de formato tradicional son los más utilizados y experimentados, siendo especialmente adecuados en jardines rurales.
    El diseño de estos huertos sigue un patrón de pasillos y bancales de anchura y largura similares entre sí. La anchura habitual de un bancal puede variar entre 100-150cm, de forma que sea posible acceder a las plantas desde cada lado del bancal. La longitud del bancal es menos importante, lo habitual es entre 4 y 8 metros, pero puede ser más o menos en función del espacio disponible y la estética deseada.
    Los pasillos del huerto deben ser lo suficientemente anchos como para realizar los trabajos de huerta con comodidad y sin pisar los bancales, incluso para poder acceder con una carretilla por alguno de ellos. La anchura mínima para el pasillo es 50cm, su longitud, igual a la del bancal.
    Se pueden emplear distintas técnicas para la creación de los bancales. Los bancales más conocidos y utilizados en siglos pasados en distintos países del mundo son los bancales profundos (bancal ligeramente elevado y cavado en profundidad) y los bancales elevados (bancales de 25-50cm de altura), aunque existen numerosas variaciones de estas dos técnicas de bancales.
  • Huerto silvestre. Los huertos silvestres se dejan crecer de forma libre, mezclando las distintas hortalizas a cultivar sin mantenerlas dentro de un formato de bancales preestablecido. Son huertos adecuados para jardines silvestres, atractivos por su diseño salvaje y original, pero poco utilizados en la práctica, debido a su alto trabajo de mantenimiento, su elevado consumo de agua y su difícil recolección, unido a su reducida producción.
  • Huerto moderno. Los huertos modernos son huertos creativos adaptados a jardines de diseño moderno y urbano. Se prescinde del aspecto práctico y experimentado de los huertos tradicionales para optar por formatos de estética más innovadora y creativa. Para ello, se integra la huerta dentro del jardín alternando las hortalizas con otras plantas decorativas y con elementos de estructura como tiestos, estatuas… De forma que no exista tanta ruptura estética entre el área de huerta y el resto del jardín.
  • Huerto urbano. El huerto urbano es un concepto de huerto pensado para pequeños espacios como terrazas o balcones en la ciudad, donde las frutas y hortalizas puedan crecer en macetas, jardineras o contenedores. El huerto urbano tiene cada día más adeptos, personas están descubriendo una afición que les permite desconectar del estrés del trabajo y de la vida de las grandes ciudades.

Hortalizas

Existen muchas especies de hortalizas y cada una de ellas cuenta con distintas variedades que se diferencian por su adaptación al clima, por su productividad, por su época de siembra y recolección, por las características de sus frutos, por su resistencia a determinadas plagas…, etc.

La mayoría de las hortalizas puede cultivarse con éxito en un huerto en terraza si se tienen en cuenta las diferencias entre el huerto tradicional y el huerto en terraza.

En los centros de jardinería podemos encontrar marcas de semillas de las especies y variedades más usadas en el cultivo convencional. Algunas marcas incluso ofrecen semillas ecológicas. Otra alternativa es producir nuestras propias semillas obteniéndolas de nuestro huerto o del huerto de amigos o conocidos, que en algunos casos cuentan con variedades locales mejor adaptadas a nuestro clima.

Los viveros y centros de jardinería también disponen de plántulas de las hortalizas más comunes, tomateras, pimientos, judías, lechugas, plantas aromáticas… Estas plantitas nos permiten iniciar el cultivo del huerto directamente al aire libre una vez ha pasado el riesgo de heladas, especialmente en los climas fríos, donde necesitaríamos un semillero protegido para realizar la siembra de las hortalizas de verano, sensible al frío y a las heladas tardías.

Pero antes de adquirir semillas o plántulas de hortalizas debemos elegir qué hortalizas queremos cultivar en función del espacio disponible y de la época del año.

  • Hortalizas de verano. Una gran parte de las hortalizas más apreciadas en el huerto dan su cosecha en verano, tomates, pimientos, judías, calabacines, sandías, melones, calabazas, berenjenas, maíz, pepinos…
  • Hortalizas de primavera u otoño. Otras hortalizas dan su cosecha con temperaturas suaves, en primavera u otoño, acelgas, apio, espinacas, lechugas, patatas, perejil, puerros, rabanitos, remolacha, ruca, zanahorias.
  • Hortalizas de invierno. También hay hortalizas para el invierno, como ajos, cebollas, coles, escarolas, guisantes, habas, canónigos, nabos…

En todo caso, muchas de estas hortalizas pueden soportar más frío o más calor y dar cosechas en otras épocas del año, pudiendo encontrar variedades más adecuadas para las distintas condiciones de cada huerto.

Mantenimiento del huerto

Un huerto requiere de unos cuidados y labores de mantenimiento mucho más exigentes que el resto de las plantas del jardín, aunque también nos proporcionará grandes satisfacciones.

Principales tareas de mantenimiento del huerto

  • Proporcionar nutrientes a las hortalizas: Las hortalizas necesitan muchos nutrientes para desarrollarse y ofrecer cosechas ricas y abundantes en apenas varios meses. Esto hace que debamos prestar especial atención al sustrato dónde vamos a cultivar el huerto.
    La preparación de la tierra antes de la siembra resulta fundamental y consiste en enriquecer el sustrato con compost o estiércol y labrar bien el suelo para que quede suelto y mullido. Una vez hayan comenzado a brotar las plantas, deberemos abonar la tierra con frecuencia utilizando abonos orgánicos.
  • Controlar a diario plagas y enfermedades: Las hortalizas son más sensibles a plagas y enfermedades que otras plantas ya que si no detectamos el problema rápido y dejamos que una plaga o enfermedad se extienda, aunque la planta sobreviva, habremos perdido gran parte de la cosecha. Para tener las plagas y enfermedades bajo control hay que favorecer la existencia de insectos beneficiosos y revisar las plantas a diario. Si detectamos alguna planta afectada por alguna enfermedad o plaga, lo mejor es cortarla para impedir que el problema se extienda a otras plantas. Si se ven afectas muchas plantas deberemos analizar de qué plaga o enfermedad se trata y buscar un tratamiento orgánico adecuado.
  • Garantizar riegos frecuentes y abundantes: El huerto puede exigir riegos prácticamente a diario durante los meses más secos de primavera y verano, que suelen coincidir con la época de vacaciones, por lo que puede ser de gran utilidad la instalación de un sistema de riego automático por goteo.

Prácticas hortícolas fundamentales

Existen dos prácticas de gran importancia que contribuyen a mantener la fertilidad del suelo y la salud de las hortalizas facilitando las labores de mantenimiento del huerto y proporcionándonos un huerto sano y productivo:

Rotación de cultivos: La rotación de cultivos consiste en alternar distintas hortalizas en la misma zona del huerto. Algunas especies como el tomate, la cebolla o la lechuga pueden sembrarse todos los años en el mismo lugar, pero la mayoría de hortalizas presentarán problemas de desarrollo, de productividad o de salud si se plantan en el mismo sitio año tras año.

Las rotaciones son beneficiosas para mantener el equilibrio de nutrientes del suelo y para evitar que las plagas o enfermedades se especialicen en una determinada especie.

Las rotaciones deben organizarse para aprovechar al máximo los recursos rotando especies de sistemas radiculares distintos para que cada una consuma los nutrientes que las anteriores no consumieron, además de aprovecharse de la estructura dejada en el suelo.

Para planificar un buen ciclo de rotaciones es bueno clasificar las hortalizas en función de sus necesidades en nutrientes e ir alternando cada año plantas exigentes con plantas menos exigentes para finalmente cultivar alguna especie leguminosa como guisante, judía, haba…, las cuales aportarán nitrógeno a la tierra enriqueciéndolo nuevamente para el cultivo de las plantas más exigentes en nutrientes.

Asociaciones de plantas: El huerto es un ecosistema donde conviven una serie de plantas y animales que interactúan entre sí.

A través de la observación y la experimentación, a lo largo de los años se han llegado a reconocer asociaciones favorables que estimulan la producción de algunas hortalizas o frenan la aparición de determinadas plagas o enfermedades. Igualmente, se han detectado asociaciones desfavorables entre ciertas plantas que conviene cultivar alejadas.

Las asociaciones de plantas en el huerto no son una ciencia exacta y sólo la observación y la experimentación nos permite conocer las numerosas interrelaciones que pueden producirse en un huerto. Sin embargo, existen algunas asociaciones favorables y asociaciones desfavorables reconocidas y aplicadas por muchos horticultores que nos pueden ayudar a conseguir un huerto más sano y productivo.