Limpieza antiséptica de manera ecológica

Todo el mundo desea vivir en un entorno que esté lo más limpio posible. Es natural, porque los seres humanos somos conscientes de que la falta de limpieza puede provocar enfermedades. Por no hablar de la mala impresión que produce un espacio en el que hay suciedad y malos olores.

Sin embargo, hay un porcentaje de la población que padece determinadas sensibilidades. Lo que puede dificultar hasta cierto grado hacer una buena limpieza. Aunque más que hacerlo difícil lo que requiere es encontrar alternativas a los productos tradicionales. Hablemos de algunos de los problemas que existen y de qué alternativas ofrece la limpieza ecológica.

Problemas de salud que impiden utilizar ciertos productos

La mayoría de productos de limpieza que usamos habitualmente proceden de fórmulas químicas. En principio no parece un problema en circunstancias normales, aunque hay gente que tiene una sensibilidad a estos productos. Esta puede ser a un tipo específico de producto o a una gran cantidad de ellos. De hecho, hoy se conoce como enfermedad el síndrome de sensibilidad química múltiple.

Quienes sufren este problema no puede tener el mínimo contacto con los productos que les afectan. Aunque también se trata de perfumes y pinturas, sobre todo son los productos de limpieza los que más afectan. En estos casos es evidente que se necesita una alternativa, ya que la suciedad tampoco es saludable.

En otros casos el problema se debe a que una limpieza normal no acaba con la raíz, como es el caso de quienes tienen alergia al polvo o a los ácaros que viven en él. Los síntomas que se sufren van desde estornudos al pasar el paño por los muebles hasta reacciones en la piel con un simple contacto. Para combatirlo se necesita una limpieza muy profunda en todos los rincones de la estancia.

Aunque en menor medida, existe un número muy alto de enfermedades relacionadas con la limpieza. Asma, riesgo de ciertos tipos de cáncer y hasta una mala calidad del semen tienen su origen en el uso de productos químicos. Por otro lado, la falta de higiene puede producir infecciones y otros problemas relacionados con la mala sepsis.

Limpieza con vapor, una de las más ecológicas

La popular vaporeta es una de las formas de limpieza ecológica más conocidas. Los beneficios que aporta son numerosos, como el no necesitar de productos químicos para conseguir excelentes resultados.

Hay muchos tipos de limpiadores con vapor, aunque todos tienen el mismo funcionamiento. Un depósito con agua se calienta hasta que el vapor alcanza una alta presión, y el agua supera los 200 grados. En ese momento se aprieta un botón ubicado en alguna parte de la máquina para dejar salir el vapor. Al estar a una temperatura tan alta, además de limpiar elimina todo tipo de microorganismos. Cualquier superficie queda libre de ácaros y bacterias sin tener que hacer nada más que dirigir el chorro a esa zona. Además, el calor también hacer que el vapor sea “seco”, y que no queden restos de humedad en la superficie.

La presión ayuda a desincrustar restos de suciedad en cualquier sitio. Incluso en rincones a los que no se llega de Ota manera, como las juntas de la bañera, los azulejos o los huecos de una persiana. Ya te hemos hablado antes sobre la limpieza con vapor.

Limpiadores ecológicos sin químicos

Conscientes de que cada vez hay más gente que quiere reducir los productos químicos que se usan, hay fabricantes que lanzan líneas de productos de limpieza sin tóxicos. Su fórmula está basada en productos naturales, que reducen las probabilidades de que alguien sea sensible a ellos. Además son biodegradables y no contaminan, de modo que también son recomendables para cuidar del medio ambiente.

Otro motivo que lleva a muchos a preferir estos limpiadores es que los test no se realizan con animales. Aunque no lo parezca, algunos fabricantes de productos lo hacen, sobre todo los que tienen sus instalaciones fuera de la Union Europea, ya que aquí hace tiempo que está terminantemente prohibido hacer estas pruebas.

Productos caseros con alto poder de limpieza

En casa disponemos de algunos productos que se pueden usar para limpiar. Algunos de ellos limpian por sí solos, mientras que otros se pueden combinar para hacer un limpiador casero y ecológico de forma sencilla.

Por ejemplo, el zumo de limón es un excelente desengrasante, además de tener propiedades antisépticas. Úsalo para limpiar la vitrocerámica y podrás disfrutar de un brillo que no se consigue con ningún producto.

También es muy útil el bicarbonato, que combate el moho y elimina el mal olor. En las juntas del baño aplica con un cepillo una pasta hecha con bicarbonato y agua oxigenada y verás cómo recuperan el blanco original. También puedes hacerlo con agua destilada o zumo de limón, con el que se combina para hacer un poderoso limpiador.
Al igual que el limón, el vinagre también desengrasa y desinfecta. Medio vaso de vinagre en un cubo de agua le da al suelo un brillo especial. Sobre todo al de madera.

Otra forma de limpiar es posible

Queda claro que conseguir una limpieza antiséptica de manera ecológica no solo es posible. Hay muchas formas de tener un entorno perfectamente limpio sin problemas de sensibilidades, alergias o enfermedades. Incluso con productos que tienes en casa lo puedes conseguir. ¿Cuál de ellos has utilizado? ¿Cuál estás pensando en poner en práctica? Si necesitas más consejos de limpieza, pásate por el blog o contacta con nosotros y te ayudaremos en los que podamos.