La plantación es el primer paso en la ejecución de un jardín o cuando se decide incorporar nuevas plantas a un jardín ya establecido.
Pero antes de plantar, sembrar o trasplantar, es aconsejable planificar bien cuándo, dónde y qué vamos a plantar:
Plano de plantación
Realizaremos un plano en el que se detallen todas las plantas y su ubicación exacta, dejando el espacio necesario entre planta y planta para su crecimiento previsto hasta su edad adulta. En los macizos y borduras, se decidirá en primer lugar la ubicación de las plantas clave, las plantas protagonistas que más deben destacar entre las demás. Posteriormente se irán ubicando las plantas de soporte, de relleno y de decoración complementaria.
Cuando se trate de plantas de pequeña dimensión, como plantas de temporada o vivaces, es suficiente con marcar el área donde se plantarán, siendo más fácil realizar la ubicación exacta de cada plántula, semilla o bulbo sobre el propio terreno.
Momento más adecuado
Elegir un buen momento para realizar la plantación al exterior favorece que la planta se establezca con éxito. El momento más adecuado depende de la zona climática y del tipo de planta:
- Principios de otoño y principios de primavera. Es el mejor momento para realizar la plantación en jardines de clima atlántico u oceánico. Para la plantación de árboles o arbustos de hoja caduca a raíz desnuda sería más adecuado esperar la caída de las hojas, coincidiendo con el reposo vegetativo, desde finales del otoño a principios de la primavera, evitando días de fríos fuertes.
- Finales del verano o principios de otoño. Es el mejor momento para realizar la plantación en jardines de clima mediterráneo, clima árido y clima subtropical árido, de forma que durante el otoño y el invierno, las estaciones de más lluvias, las plantas desarrollen sus raíces en profundidad preparándose para soportar las duras condiciones de calor y sequía del verano.
- Principios de primavera, una vez haya finalizado el riesgo de heladas. Es el mejor momento para realizar la plantación en jardines de clima continental y clima montañoso. Las plantas podrán desarrollarse y fortalecerse aprovechando el calor y el sol hasta finales de la estación otoñal, cuando los árboles y arbustos perderán sus hojas para soportar mejor el frío y las heladas. Las plantas herbáceas bulbosas perderán su parte aérea durante los meses fríos y las plantas de temporada morirán.
Preparación del lugar de plantación
Preparar el suelo antes de la plantación o siembra hará que la futura planta se desarrolle mejor reduciendo sus necesidades de mantenimiento y riego.
La preparación del suelo se debe iniciar uno o varios meses antes, aflojando y enriqueciendo el suelo. Se hará en mayor o menor profundidad, dependiendo de las plantas, su dimensión y sus necesidades:
Para plantas de temporada, bulbos o siembra de semillas. Será suficiente con eliminar las hierbas adventicias de raíz aireando bien la superficie con una horca o con un motocultor. Después se enriquecerá el suelo con un acolchado de compost, mantillo o estiércol bien maduro.
Para árboles, arbustos o plantas herbáceas exigentes en nutrientes, seguiremos los siguientes pasos:
- Abrir un hoyo de la suficiente amplitud y profundidad como para acoger buena parte del futuro sistema radicular de la planta adulta.
- La excavación del hoyo se realizará retirando primero la capa fértil, los primeros 30-40 cm superiores, y después las capas de tierra inferiores, que se situarán extendidas en lugares separados.
- Eliminación de las hierbas adventicias. Las hierbas adventicias o malas hierbas son aquellas que nacen de forma espontánea en cualquier espacio libre del jardín. Son plantas autóctonas y resistentes que aportan biodiversidad al jardín, aunque competirán por el agua y los nutrientes con las nuevas plantas por lo que, mientras la nueva planta crece y se hace más fuerte, es conveniente eliminar hierbas competidoras. La eliminación de hierbas adventicias se hace revisando la capa fértil del suelo retirada del hoyo y extrayendo una a una cada hierba adventicia desde la raíz. Si se arranca la hierba dejando la raíz, la hierba rebrotará rápidamente.
- Enriquecimiento del suelo. Para favorecer que las raíces se desarrollen en profundidad, se añade estiércol bien maduro, mantillo o compost sobre la capa de tierra inferior a los 30-40cm, mezclándola con un rastillo o motocultor en el caso de tratarse de una superficie de tierra muy extensa.
- Añadir una capa de compost o mantillo en el fondo del hoyo y rellenarlo nuevamente incorporando primero la capa de tierra inferior a 30-40cm y después la capa de tierra fértil.
Adquisición de plantas sanas
La adquisión o compra de las plantas la realizaremos una vez tengamos planificada la plantación y hayamos preparado el espacio que acogerá a las plantas.
Lista de plantas previamente elaborada. Es conveniente visitar antes algunos centros de jardinería o viveros para ver plantas e ir desarrollando tus conocimientos y preferencias. Sin embargo, cuando llega el momento de comprar plantas, es recomendable acudir con una lista de plantas previamente elaborada y ceñirse a ella para evitar la tentación de adquirir plantas de forma improvisada que puedan resultar inadecuadas para tu jardín.
Dónde comprar plantas. La compra de plantas se puede realizar en un centro de jardinería, en una floristería, en un vivero o por Internet.
- Los viveros de tu zona pueden contar con una variedad importante de plantas y muchas de ellas son de producción propia, lo que te garantiza la adaptación de las plantas al clima.
- La compra de plantas por Internet permite acceder a un gran catálogo de plantas, además de la comodidad de poder hacer la compra desde casa.
- La floristería y centro de jardinería puede resultar más accesible y de fácil selección, al contar con una gama de plantas más limitada.
Selección de ejemplares. Se deben seleccionar plantas sanas y fuertes para lo cual hay que revisar los siguientes aspectos:
- Aspecto externo de la planta. La planta debe tener un porte equilibrado y si tiene follaje, este debe encontrarse sano, sin señales de plagas o enfermedades.
- Raíces de la planta. Se debe comprobar que la planta cuenta con un sistema radicular sano y proporcionado, sin raíces anudadas o enroscadas.
Las raíces tienden a enroscarse cuando se encuentran con las paredes de una maceta. Antes de que esto ocurra, debería trasplantarse al exterior o a otra maceta de mayor tamaño, puesto que una vez que las raíces se enroscan en sí mismas y engrosan, las raíces no podrán desarrollarse adecuadamente en el exterior, crecerán anudadas, de forma superficial e incluso podrían llegar a estrangular a la planta con el tiempo.
El enroscamiento de las raíces afecta principalmente a árboles y arbustos que se desarrollan en maceta durante un largo período de tiempo. Por ello, siempre es más recomendable adquirir ejemplares jóvenes que, aunque necesiten algo de tiempo para crecer, se adaptarán mejor al jardín superando en crecimiento y resistencia a las plantas más grandes desarrolladas en un recipiente.
Momento vegetativo de la planta. Se deben elegir plantas que no estén en plena actividad vegetativa, ya sea la brotación primaveral, el nacimiento del follaje, el período de floración o el de frotación, puesto que precisamente en esos momentos, el crecimiento radicular de la planta está frenado, lo que hará más difícil su resistencia al trasplante y su adaptación al jardín.
Bulbos. Se deben seleccionar bulbos grandes y gordos, evitando bulbos deshidratados. Además, los bulbos deben tener la piel fina y mantenerse en estado latente, sin muestras de estar iniciando la brotación. Se deben rechazar bulbos con manchas, moho o señales de podredumbre.
Plantar a raíz desnuda o con cepellón

Los pasos a seguir para realizar la plantación son similares sea cual sea el tipo de planta, si bien, deberán calcularse los espacios de separación, la dimensión de los hoyos y los elementos de sujeción y protección en función de las características de cada planta.
Preparación previa de las plantas. Las plantas deben prepararse para la plantación una hora antes. En primer lugar, se riega la planta abundantemente o se introduce el cepellón, maceta o raíz desnuda en un cubo de agua. En segundo lugar, se revisan sus raíces, extendiendo las raíces que se encuentren retorcidas o enmarañadas y recortando o eliminando las que estén dañadas.
Fases de la plantación
1º Comprobar el espacio de plantación colocando la planta sobre su zona de ubicación y calculando las dimensiones que cogerá la planta adulta, teniendo en cuenta tanto la parte aérea (ramificaciones y follaje) como la parte de raíces (la que quedará bajo tierra).
2º Abrir un hoyo de plantación del tamaño adecuado. Realizar la plantación en un hoyo demasiado profundo o demasiado estrecho puede poner en peligro el arraigue de la planta. Al retirar la tierra del hoyo se deben respetar las distintas capas del suelo separándolas para mantener su posición inicial al rellenar el hoyo. Se deben eliminar las hierbas adventicias de la capa superior del suelo.
Hoyo para una planta en maceta o con cepellón, el hoyo deberá ser tan profundo como la altura del cepellón y entre el doble o triple de ancho que la anchura de la maceta o cepellón.
Hoyo para una planta a raíz desnuda, el hoyo deberá ser lo suficientemente amplio como para acoger las raíces de la planta hasta la marca original de tierra del tronco.
3º Colocar la planta en el hoyo, de forma que quede bien nivelada, recta y centrada respecto a la vertical del suelo.
La planta de raíz desnuda o con cepellón debe quedar enterrada hasta la marca de tierra y sus raíces deben quedar bien extendidas. En el caso de las plantas con cepellón, se debe retirar previamente el envoltorio de las raíces con cuidado para no romper el cepellón.
La planta en maceta se pone boca abajo para extraerla junto al cepellón, que al ser plantado debe quedar a la misma profundidad que en la maceta.
4º Colocar elementos de protección o sujeción en plantas que lo precisen.
Árboles o arbustos. Es habitual que muchos árboles y arbustos necesiten protección contra el viento durante sus primeros años de desarrollo. Para ello se utiliza una estaca de dimensiones y resistencia acorde al árbol o arbusto plantado y existen varias opciones de colocación:
- Estaca paralela. Colocar una estaca por el lado hacia el que sopla el viento en posición paralela al tronco.
- Doble estaca. Colocar doble estaca para sujetar el árbol por dos lados
- Estaca en ángulo. Colocar una estaca formando ángulo de 45º con el tronco.
También es posible que algunos árboles jóvenes necesiten protección contra animales como los conejos en los primeros años, en cuyo caso, se incorporará en el hoyo una estaca que al finalizar la plantación, permita anclar una red alrededor del tronco del árbol. La misma estaca utilizada para dar sujeción al árbol frente al viento puede servir para anclar una red de protección para los animales.
Plantas trepadoras. Las plantas trepadoras necesitan un soporte temporal para ser guiadas hasta la pared, valla o soporte definitivo. Como soporte temporal se pueden utilizar cañas de bambú clavadas en la tierra a modo de abanico y apoyadas contra la pared o valla.
Herbáceas o plantas hortícolas. Algunas plantas herbáceas se desarrollan en altura pero no generan tallos resistentes resultando muy frágiles ante el viento, por lo que puede ser recomendable clavar en el suelo cañas de bambú u otros tallos leñosos finos que puedan servir de soporte a sus frágiles tallos. Estos soportes se pueden colocar en paralelo al tallo de la planta o en otros casos, como por ejemplo, las matas de judías o las tomateras, se puede crear una estructura sólida compuesta por dos cañas clavadas en la tierra y cruzadas entre sí en forma de “X” y unidas en el medio con una tercera caña horizontal.
5º Rellenar el hoyo con tierra. Tras colocar la planta y los elementos de protección que pueda necesitar, se procede al rellenado del hoyo manteniendo la planta recta y respetando la estructura original de la tierra al incorporarla nuevamente al hoyo. Se debe dejar una depresión alrededor de la planta donde se acumule agua para las raíces de la planta. La zona de depresión debe ser amplia si se trata de plantas xerófilas, plantas que desarrollan un amplio sistema radicular.
6º Compactar la tierra con el talón para eliminar el aire que pueda haber quedado y asegurar el contacto de las raíces con la tierra. Comprobar nuevamente que la planta quede recta.
7º Atar la planta a los soportes de sujección, en el caso de las plantas que necesitan elementos de protección.
Árboles y arbustos. Añadir una cincha para sujetar el tronco del árbol o arbusto a la estaca o estacas. La cincha debe ser de un material que no dañe el tronco de la planta y debe soltarse gradualmente a medida que el tronco ensancha.
En el caso de árboles jóvenes que necesiten protección contra animales en los primeros años, se anclará una red en la estaca y se extenderá rodeando el tronco del árbol.
Trepadoras. Desatar la planta de su caña original, separar los tallos principales y atar cada uno a una caña haciendo un nudo amplio y suelto justo por encima del nudo de la caña para evitar que la cuerda se deslice hacia abajo.
Herbáceas y plantas hortícolas. Atar el tallo a la caña o cañas mediante un nudo amplio y suelto justo por encima del nudo de la caña para evitar que la cuerda se deslice hacia abajo.
8º Regar la planta abundantemente y acolchar el suelo si se quiere mantener mejor la humedad de las raíces.
Cómo plantar bulbos

Los pasos a seguir para plantar bulbos directamente al exterior son los siguientes:
1º Calcular el espaciado y profundidad de plantación. En función del número y tipo de bulbosas a plantar, se calculará la amplitud del hoyo manteniendo un espaciado entre cada bulbo de 2-3 veces su anchura.
Por otra parte, se calculará la profundidad del hoyo. La mayoría de los bulbos se plantan a una profundidad de 2-3 veces la altura del bulbo, aunque hay excepciones:
Las bulbosas Tulipa (tulipanes) se plantan a una profundidad de 3-4 veces su altura.
Las bulbosas Nerine (Nerinas) se plantan con la punta sobre la superficie.
En climas fríos todos los bulbos se plantan a más profundidad para protegerlos del frío y las heladas. Los bulbos sensibles al frío, humedad o falta de drenaje del suelo se pueden plantar en maceta o semillero protegido, a la misma profundidad que si se plantan al exterior. Tras su brotación, podrán trasplantarse al exterior.
En suelo arenoso y ligero todos los bulbos se plantan a más profundidad para protegerlos del frío, del calor o de la deshidratación.
2º Abrir hoyo de plantación. Se cava un agujero de las dimensiones y profundidad calculadas en función de las bulbosas a plantar. Se eliminan las hierbas adventicias desde la raíz, se incorpora compost o mantillo al fondo del hoyo y se pincha con una horca para soltarlo y airearlo.
3º Se sitúan los bulbos con la yema de crecimiento hacia arriba, respetando el espaciado y la profundidad de plantación previamente calculados.
4º Rellenado del hoyo respetando la estructura original de la tierra al incorporarla nuevamente al hoyo y manteniendo la posición y colocación de los bulbos. Finalmente se compacta la tierra ligeramente con los dedos para eliminar el aire que pueda haber quedado, pero sin dañar las puntas de los bulbos.
5º Proteger el área de plantación con una malla o redecilla que impida que los pájaros u otros animales desentierren los bulbos. La malla deberá retirarse cuando aparezcan los primeros brotes.
Cómo sembrar semillas
Es posible que algunas semillas necesiten varios meses de preparación antes de su siembra sometiéndolas a determinados procesos o temperaturas que faciliten su germinación. En este sentido, suele indicarse algunas recomendaciones en el paquete de semillas.
Fases para realizar la siembra directamente al exterior
- Preparación del suelo. Un mes o tres semanas antes, se debe airear el suelo con una horca o con un motocultor y eliminar todas las hierbas adventicias desde la raíz. Una semana antes se eliminarán nuevamente las hierbas adventicias que hayan vuelto a brotar y justo antes de la siembra hay que rastrillar el suelo para nivelarlo apartando piedras grandes si las hubiera.
- Marcar el suelo. Presionando el suelo con una caña de bambú se marcarán surcos o hileras que definirán el área de plantación de cada tipo de semillas. Los surcos pueden ser rectos o de contorno irregular, en el caso de buscar un efecto más natural o espontáneo.
- Definir el espaciado. En los paquetes de semillas suelen venir recomendaciones sobre el espaciado que se debe tener en cuenta al realizar la siembra. En todo caso, debe calcularse en base a la anchura que llega a alcanzar la planta adulta.
- Expansión de las semillas en la tierra. Colocar un montón de semillas en la palma de la mano y acercándola al surco, dar suaves golpecitos para conseguir que las semillas se vayan deslizando y distribuyendo dentro del surco. En el caso de semillas muy pequeñas, mezclar previamente las semillas con un poco de arena ayudará a que se deslicen y distribuyan mejor.
- Cubrir ligeramente las semillas rastrillando una fina capa de suelo sobre las hileras o surcos.
- Regar el área sembrada utilizando alcachofa para evitar que el agua desentierre las semillas.
- Proteger el área sembrada con ramitas o con una redecilla que impida que los pájaros u otros animales se coman las semillas o las desentierren.
Cómo trasplantar
El trasplante de una planta será más fácil y tendrá mayor probabilidad de éxito cuanto más joven sea la planta a trasplantar y menor sea su desarrollo y dimensión.
Por otra parte, hay especies que aceptan mejor que otras un trasplante. Las especies más sensibles suelen ser plantas de crecimiento lento que desarrollan un sistema radicular amplio y profundo.
En caso de tratarse de una planta de gran dimensión, un árbol adulto o una especie sensible a los trasplantes, se aconseja solicitar los servicios de profesionales especializados.
Cuándo realizar un trasplante
Hay momentos del año que resultan más adecuados para realizar el trasplante, aunque en todo caso, se deben evitar días de fríos fuertes y heladas.
- Finales de invierno – Principios de primavera. Para las plantas herbáceas y para arbustos y árboles de hoja perenne, la mejor época para el trasplante es finales de invierno o principios de la primavera, antes de que la planta haya iniciado su explosión vegetativa primaveral.
- Mediados o finales de otoño. Para arbustos y árboles de hoja caduca, la época más acertada para realizar el trasplante es mediados o finales de otoño, una que vez la planta ha perdido sus hojas e iniciado su período de reposo vegetativo.
Preparación previa de la planta
Antes de iniciar el trasplante se debe podar la planta hasta un tercio de su tamaño aproximadamente. La poda se hace para compensar el recorte y pérdida de raíces que sufrirá la planta en el trasplante.
Este paso es importante puesto que si no se realiza la poda, es posible que las raíces que queden tras realizar el trasplante no sean capaces de alimentar toda la parte aérea de la planta provocando su muerte.
Fases de trasplante
- Marcar una circunferencia alrededor de la planta tomando cómo diámetro la extensión que tenían las ramas antes de ser podadas. Para marcar la circunferencia se puede utilizar una pala.
- Cavar una zanja profunda alrededor de la circunferencia soltando las raíces que quedan agarradas en la tierra. Finalmente se cava bajo el cepellón, introduciendo la pala y cortando las raíces leñosas que haga falta. La profundidad a la que se debe recortar el cepellón depende de la dimensión de la planta.
- Traslado de la planta a su nueva ubicación. Para dañar lo menos posible a la planta se la puede tumbar de lado para sujetarla del cepellón. Una vez sujeta, se levanta de la tierra y se posa sobre una tela de arpillera, colocando la planta recta y centrada en la tela. Finalmente, trasladar la planta tirando de la tela con la ayuda de varias personas si el cepellón es grande y pesado.
- Cavar el hoyo de plantación. Se cava un hoyo de doble anchura e igual profundidad que el cepellón. El cavado se debe realizar respetando las distintas capas del suelo y separándolas para mantener su posición inicial al rellenar el hoyo. Se deben eliminar las hierbas adventicias de la capa superior del suelo.
- Colocar la planta en el hoyo. Se incorpora la planta en el nuevo lugar y se va rellenando el hoyo de tierra mientras se mantiene la planta recta. Al rellenar el hoyo se debe incorporar la tierra respetando la posición y estructura inicial de las capas del suelo. Una vez relleno el hoyo, compactar el suelo con el talón para eliminar bolsas de aire.
- Riego y acolchado. Regar abundantemente la planta y si se necesita mantener la humedad del suelo, incorporar un acolchado o mulching alrededor de la planta.
Cuidados después de la plantación
Una vez finalizada la plantación, se debe hacer un seguimiento para asegurar el arraigue y adecuado establecimiento de la planta en el jardín. Los cuidados a realizar consisten en:
Mantener bajo control el desarrollo de malas hierbas alrededor de la planta.
Proporcionar riego a la planta durante los períodos de sequía, principalmente en primavera y verano, hasta que la planta haya podido desarrollar su sistema radicular.
En plantas perennes, ya sean herbáceas vivaces, arbustos o árboles, el riego debe realizarse en profundidad, de forma que se favorezca el desarrollo de las raíces hacia el subsuelo. Los riegos frecuentes y ligeros provocan un desarrollo muy superficial de las raíces haciendo a la planta poco resistente frente a la sequía, al frío y al viento.
En plantas xerófilas o cuando se pretende que las plantas, una vez establecidas, sobrevivan sin necesidad de riego automático, habrá que realizar siempre riegos en profundidad tras realizar la plantación, espaciándolos progresivamente y dejando que la planta pase un poco de sed, de manera que la planta se vea forzada a desarrollar las raíces en profundidad.