La poda es una técnica de jardinería compleja que requiere de experiencia y de un gran conocimiento de las plantas, cosas que se adquieren con tiempo y paciencia.
La mayoría de plantas admiten y necesitan podas ligeras o medias, muchas incluso resisten podas fuertes, si bien, antes es conveniente observar cómo crece la planta y analizar cómo reaccionará cada planta a la poda, lo que indicará cuándo y cómo podarla.
Sin embargo, hay algunas plantas que son más sensibles a la poda, como por ejemplo los arces, las coníferas, los frutales de hueso…, y por lo tanto, se deben podar muy ligeramente y con frecuencia, de forma que la planta se mantenga sana y bien formada, evitando podas fuertes en el futuro.
Si no se conoce la planta y se tiene dudas sobre sus necesidades de poda, lo mejor es esperar un año mientras se observa su desarrollo. Si la planta crece naturalmente con buena forma, sólo necesitará ligeras podas de mantenimiento, basadas en la eliminación de ramas mal ubicadas o partes enfermas y marchitas. Estas podas de realizarán con más frecuencia si se trata de plantas de crecimiento vigoroso.
Siempre se debe trabajar con la máxima seguridad, utilizar herramientas limpias, afiladas y con seguro, ponerse guantes gruesos y gafas protectoras. Si no se tiene experiencia y agilidad, confíe a un profesional las podas que requieran subirse a una escalera o los trabajos grandes.
Objetivos de la poda
- Dar forma a la planta, mediante podas de formación y mantenimiento.
- Estimular su crecimiento y frondosidad favoreciendo la producción de tallos jóvenes.
- Aumentar la producción de frutos o flores eliminando ramas leñosas para que la planta pueda destinar sus energías a la floración y fructificación.
- Alargar la vida de la planta, estimulando el nacimiento de nuevos brotes y rejuveneciendo la planta.
- Intensificar el color de las hojas.
- Mantener la salud de la planta, eliminando las partes muertas, enfermas o dañadas.
- Mejorar el aspecto de la planta, eliminando chupones, brotes no deseados, ramas cruzadas, partes marchitas…
- Controlar el crecimiento y tamaño de la planta, limitándolo para adaptarlo a la forma de un seto o al espacio disponible en el jardín.
En las siguientes secciones puedes encontrar toda la información necesaria para realizar la poda de las plantas de tu jardín:
- Cuándo podar
- Cómo realizar los cortes de poda
- Podar árboles
- Podar arbustos
- Podar coníferas
- Podar setos
- Podar orquídeas
Cuándo podar
Cada planta tiene su mejor momento, es conveniente consultar las características propias de cada una y las condiciones climatológicas. De todas formas, es posible saber cuándo podar cada planta si seguimos las siguientes pautas generales:
- Podar tras la floración o tras la fructificación: Las plantas que florecen en primavera y verano sobre los tallos del año anterior, siempre que interese estimular la floración o fructificación de la siguiente temporada. Los nuevos tallos tendrán tiempo de desarrollarse antes del invierno para volver a florecer y dar frutos en primavera-verano. Ej: Forsitia, espirea, deutzia.
- Podar al comienzo de la primavera: Las plantas que florecen al final del verano y en otoño sobre los tallos del año en curso, así como la mayoría de plantas perennes.
- Podar en invierno, durante el reposo vegetativo: Los árboles y arbustos de hoja caduca si interesa conseguir una brotación vigorosa en primavera. Sin embargo, no se deben podar en invierno los árboles o arbustos de floración primaveral, ya que la floración se vería dañada.
- Podar en primavera o comienzo del verano: Siempre que se desee un crecimiento más controlado y reducido.
- Podar en verano: Siempre que se desee reducir la cantidad de hojas y recursos alimenticios de la planta.
- Podar a finales de verano o principios de otoño: Árboles y arbustos sensibles a la poda o de difícil cicatrización. Es el caso de coníferas, frutales de hueso, arces, hayas, falsa acacia, magnolio…
Cómo realizar los cortes de poda
La poda es una técnica compleja que requiere observación, análisis y práctica. No existe una forma única ni perfecta de realizar una determinada poda, de hecho, se puede decir que cada maestrillo tiene su librillo, como podemos comprobar al preguntar a distintos especialistas en poda sobre la forma de podar un mismo árbol. Sin embargo, existen pautas para ayudarnos a realizar una poda correcta que no dañe al árbol y que nos permita ir mejorando con la experiencia.
La poda produce un herida en el árbol que lo expone a infecciones y enfermedades, por lo que hay que realizar cortes limpios, lo más pequeños posibles y en el lugar y dirección correctos para evitar acumulaciones de humedad y estimular la cicatrización rápida de la herida.
El primer paso para realizar bien la poda es conocer bien la planta a podar. Para ello es necesario observar y diferenciar las distintas partes de la planta donde debemos intervenir:
Identificar los distintos tipos de brotes o yemas de la planta
- Brote o yema apical: Es el brote dominante, ubicado en la punta de la planta. Recibe más nutrientes y contiene sustancias químicas que frenan el nacimiento de brotes laterales inferiores, de forma que la planta se desarrolle en altura.
Si se corta el brote apical, la planta desvía su energía hacia los brotes laterales más cercanos, que comienzan a generar un crecimiento arbustivo en la planta. Si se ha cortado el brote apical por error, se debe dirigir uno de los brotes laterales en vertical, de forma que sustituya al brote apical. Se puede utilizar un tutor atado al eje del tronco.
Las coníferas de crecimiento piramidal no se deben dejar crecer sin brote apical debido a que la planta adquirirá un porte muy deformado que será difícil de corregir. - Brotes o yemas florales: Son los brotes que dan flores y frutos. Suelen ser más gruesos. Al podarlos no se conseguirá un rebrote y se reducirá el crecimiento de la planta, además de impedir el nacimiento de las flores y frutos.
- Brotes o yemas foliares: Al podarlos, la floración se detiene al final de la yema y se elimina el brote apical que hay por encima y que impedía su desarrollo, dando lugar a un nuevo tallo o una nueva hoja.
Diferenciar entre madera vieja y madera nueva y localizar su unión.
Analizar el porte de la planta y cómo reacciona a podas o recortes:
- Reacción ante podas anteriores: Hay que tener en cuenta cómo respondió esa misma planta en posibles podas anteriores.
- Valorar el potencial de rebrote, generalmente mayor en plantas rústicas de crecimiento vigoroso y rápido.
- Buscar qué brotes laterales interesa desarrollar teniendo en cuenta que los brotes que más crecerán serán los más cercanos al corte.
- Imaginar cómo crecerá la planta tras la poda, la dirección en la que crecerán los brotes ya existentes y la posibilidad del desarrollo de brotes ocultos estimulados con la poda.
Realizar cortes de ramas
Los cortes deben realizarse justo por encima de un brote o rama que haga de ‘tirasavias’, es decir, que atraiga la energía de la planta para facilitar la cicatrización y evitar la formación de tocones secos poco estéticos.
Por otra parte, el corte debe realizarse justo respetando la horquilla o engrosamiento de la base de la rama, ya que si el corte se realiza a ras del tronco, la cicatrización de la herida será más lenta y una infección llegaría rápidamente al tronco con grave riesgo para la planta. Si por el contrario, el corte se realiza demasiado lejos del engrosamiento de la base de la rama, se generará un muñón que acabará secándose produciendo un tocón, poco estético, y que además, retrasará la cicatrización de la herida provocada con el corte.
Si las ramas son gruesas, deben cortarse en dos pasos para evitar desgarramientos, heridas muy peligrosas para la planta. En primer lugar se debe hacer un corte por debajo de la rama, dejando el engrosamiento de la base de la rama. En segundo lugar, se realizará un segundo corte por encima de la rama, de forma que se encuentre en el centro con el corte inferior. Los bordes que queden se suavizan con un cuchillo de podar.
Los expertos recomiendan dejar que la planta cicatrice de forma natural sin cubrir las heridas con ninguna pasta cicatrizante, fungicida o insecticida, tal y cómo se hacía antes. Últimamente se ha demostrado que al final estaban causando más daño a la planta que ayuda.
Por lo tanto, la mejor forma de evitar problemas a la planta por la poda, es hacer cortes limpios.
Realizar cortes de tallos
Los cortes deben realizarse justo encima del brote o en la horquilla de un tallo y un brote lateral. La dirección del corte será diferente según sea el tipo de brotes de la planta:
- Brotes alternos: Se trata de brotes situados a lo largo del tallo de forma alternada. Antes de realizar el corte, se debe elegir un brote colocado en la dirección en la que se quiere que crezca la rama. El corte se realizará inclinado para evitar que la lluvia caiga sobre el brote y lo pudra. Para ello se coloca la parte superior de la cuchilla justo por encima del brote y la punta de la cuchilla justo por detrás y se realiza un corte limpio.
- Brotes opuestos: Se trata de brotes situados en parejas a lo largo del tallo. Se realizará un corte en ángulo recto, justo por encima de la pareja de brotes. De esta forma, la planta desarrollará los dos brotes, aunque en el caso de que interese sólo el desarrollo de uno de ellos, es posible eliminar el otro brote con la mano tras haber realizado el corte del tallo.
Podar árboles
Es conveniente realizar ligeras podas regulares desde el inicio de la plantación para evitar que al cabo de los años haya que realizar podas drásticas, de mayor riesgo para el árbol, más costosas y generalmente, con resultados poco estéticos.
Sin embargo, (excepto en árboles frutales), tampoco es necesario ni conveniente realizar podas anualmente, puesto que se retrasará el crecimiento del árbol y se perjudicará su desarrollo radicular haciéndolo más sensible al frío, al calor y a la sequía.
La intensidad de la poda y su frecuencia dependerá de cada especie de árbol, su vigorosidad, su porte, su dimensión y su adaptación a la poda. Puedes encontrar recomendaciones para la poda de cada árbol accediendo a su ficha en nuestra Guía de plantas.
Consulta en las siguientes secciones los distintos tipos de poda de árboles:
Poda de formación de un árbol
Es una poda que se debe realizar durante los primeros años tras la plantación. Si no se realiza la poda de formación, el árbol crecerá sin control, con ramas distribuidas de cualquier forma, y adquirirá un aspecto salvaje, que generalmente no resulta atractivo.
Dependiendo de cada especie, unos árboles necesitan más dedicación durante la poda de formación y otros sólo necesitan una poda de formación mínima.
La fases de la poda de formación son las siguientes:
- Decidir la forma del árbol. Las diferentes formas que puede adquirir un árbol pueden agruparse en: columnar ancha, columnar estrecha, cónica o piramidal, copa redonda y péndula o llorona.
- Conducir el árbol hacia su porte natural: Cada árbol tiene su propia forma de crecimiento natural o espontánea que podemos favorecer mediante la poda de formación. Si respetamos el porte natural del árbol, la poda nos resultará más fácil de realizar y mantener con los años, por lo que dedicaremos menos tiempo y esfuerzo.
- Crear una forma artificial: Mediante la poda de formación podemos conducir artificialmente al árbol hacia formas diferentes, formas talladas, cónicas, redondeadas, emparrado…, que pueden resultan muy decorativas. Se debe tener en cuenta que las formas artificiales exigen siempre más trabajo de poda, más esfuerzo y más tiempo. Por otra parte, debemos asegurarnos de que el árbol es resistente y adaptable a la poda.
- Definir la altura de la copa. Consiste en favorecer el desarrollo del árbol hasta la altura deseada despejando el tronco desde la base. Esta altura será diferente en árboles con forma de copa, columnar, piramidal… pero también será diferente dependiendo de si se desea que quede espacio bajo la copa para el paso de personas, vehículos, etc..
Todo árbol tiende a crecer en altura a través del desarrollo de una rama guía, la rama más vertical y superior. Al plantar un árbol joven se pueden dar dos situaciones de partida:- Si el árbol ya tiene una rama guía bien definida y desarrollada, es decir, no existen ramas verticales próximas compitiendo con la rama guía. En este caso, se dejará crecer la rama guía hasta la altura donde desee que arranque la copa del árbol, despejando el tronco progresivamente, eliminando las ramas más bajas. Este proceso debe realizarse en varios años.
Una vez que la rama guía alcance la altura deseada para la copa, se realizará el despunte, igualándola con las ramas cercanas e iniciándose la formación de la estructura del árbol. - Si el árbol no tiene una rama guía definida, ya que hay varias ramas verticales compitiendo entre sí, se debe establecer claramente la rama guía, suprimiendo las ramas competidoras o recortándolas un tercio. Seguidamente se irá despejando el tronco eliminando las ramas más bajas, de forma progresiva, durante varios años.
En cuanto la rama guía alcance la altura deseada para la copa, se realizará el despunte, igualándola con las ramas cercanas e iniciándose la formación de la estructura del árbol.
- Si el árbol ya tiene una rama guía bien definida y desarrollada, es decir, no existen ramas verticales próximas compitiendo con la rama guía. En este caso, se dejará crecer la rama guía hasta la altura donde desee que arranque la copa del árbol, despejando el tronco progresivamente, eliminando las ramas más bajas. Este proceso debe realizarse en varios años.
- Dirigir la formación de la estructura del árbol. Consiste en conducir el desarrollo de una estructura y ramificación fuerte y bien distribuida. Para ello se inicia un proceso que durará varios años y en el que se deben seguir los siguientes pasos:
- Seleccionar las ramas principales, es decir, las que van a constituir el esqueleto fundamental del árbol. Se debe elegir ramas fuertes, escalonadas y bien distribuidas alrededor del tronco. Se debe comprobar que las ramas principales forman un ángulo adecuado con el tronco, evitando las que guarden un ángulo muy cerrado o muy abierto respecto al tronco, ya que en el futuro, cuando la rama engrose y adquiera peso, tendrán un alto riesgo de rotura.
Una vez seleccionadas las ramas principales, se deben eliminar el resto de ramas. Las ramas principales deben mantenerse igualadas, despuntando las que sean especialmente vigorosas para impedir que ninguna destaque sobre las demás. - Seleccionar las ramas secundarias. En los años siguientes se irán desarrollando ramas dentro de las ramas principales que se deben ir seleccionando, siguiendo los mismos criterios que con las ramas principales, elegir ramas escalonadas, bien distribuidas y con un ángulo adecuado. Todas las ramas secundarias no seleccionadas deben ser eliminadas.
- Seleccionar las ramas principales, es decir, las que van a constituir el esqueleto fundamental del árbol. Se debe elegir ramas fuertes, escalonadas y bien distribuidas alrededor del tronco. Se debe comprobar que las ramas principales forman un ángulo adecuado con el tronco, evitando las que guarden un ángulo muy cerrado o muy abierto respecto al tronco, ya que en el futuro, cuando la rama engrose y adquiera peso, tendrán un alto riesgo de rotura.
Poda de mantenimiento de un árbol
La poda de mantenimiento se inicia una vez que el árbol está bien formado y se deberá realizar durante toda la vida del árbol.
En los árboles frutales se debe realizar anualmente. En el resto de árboles será suficiente con hacer una poda de mantenimiento cada dos o tres años, aunque dependiendo del crecimiento del árbol, si se realiza una poda ligera de mantenimiento cada año se asegura un mejor estado de salud del árbol y un mayor control de su expansión.
Cuando un árbol va adquiriendo cierto volumen es aún más importante utilizar materiales y equipos de poda necesarios y tomar todas las medidas de seguridad y precaución. Una vez que el árbol toma un volumen y dimensiones grandes, puede resultar más conveniente confiar el trabajo de poda a un especialista.
La poda de mantenimiento busca diversos objetivos:
- Mantener la estructura y copa del árbol, aclarándola para asegurar el paso de la luz solar. Se trata de un objetivo primordial y obligatorio para cualquier árbol. Para ello se debe:
- Aclareo de ramas. Se eliminan ramas cruzadas o mal ubicadas que entorpecen el desarrollo de otras ramas, evitan la entrada de luz solar en la copa del árbol o nacen mal orientadas pudiendo suponer un riesgo de rotura en el futuro. Con ello se descarga de ramaje la copa del árbol pero sin modificar su estructura y tamaño principal. Si se necesita realizar un aclareo muy grande porque la copa está muy enmarañada, se debe planificar un aclareo en fases durante varios años.
- Reducción de la copa. Cuando el árbol crece más allá del espacio disponible en el jardín se corta la rama guía de cada rama principal sobre una rama secundaria lateral que continuará el crecimiento sustituyendo a la rama guía.
- Eliminar tocones, ramas muertas o dañadas, hojas y flores marchitas.
- Eliminar chupones no aprovechables, rebrotes muy vigorosos que surgen del tronco o ramas.
- Eliminar pollizos o sierpes, rebrotes muy vigorosos que salen directamente de las raíces, robando energía al árbol y dando aspecto de abandono.
- Favorecer/desfavorecer el desarrollo de algunas partes de la planta. Realizando podas adecuadas en el momento justo se estimulará el desarrollo de las flores o frutos en detrimento de las ramas, por ejemplo en los frutales o en árboles decorativos por su floración. Por el contrario, se pueden evitar las flores o frutos de determinados árboles que producen alergias, ensucian el suelo o simplemente resultan poco decorativos.
- Realizar topiaria o poda artística, recortes más formales o perfilado de copas con dibujos geométricos. Consiste en aplicar recortes regulares para generar formas geométricas o artísticas a un árbol. En el mercado se pueden encontrar moldes especiales para facilitar el recorte de determinadas figuras.
La topiaria es una técnica de poda decorativa que genera plantas muy llamativas que suelen actuar en el jardín como puntos focales de gran atractivo. Se debe tener en cuenta que esta técnica de poda exige un gran trabajo de mantenimiento debido a que exige recortes muy frecuentes.
Poda drástica de un árbol
La poda drástica es una poda de salvamento que se debe realizar muy excepcionalmente y cuando no hay otra solución. Es el caso de árboles grandes afectados por enfermedades o plagas o con ramas grandes muy débiles, secas o con un gran riesgo de rotura. Se debe tener en cuenta que los árboles sensibles a la poda no soportarán una poda drástica.
La poda drástica consiste en realizar una poda fuerte para recortar de golpe todas las partes del árbol que ‘molestan’. Esta poda se realiza con motosierra, puesto que se trata de ramas y estructuras muy fuertes y gruesas, y se deben utilizar todos los medios y materiales de seguridad necesarios; arnés, escalera estable, gafas, guantes… Este es un trabajo de poda para especialistas.
Hay dos tipos de podas drásticas:
- Terciado. Se trata de cortar todas las ramas del árbol dejando un tercio de su longitud.
- Desmochado. Se trata de cortar todas las ramas a ras del tronco. Es la poda más drástica para un árbol, le causa un gran estrés, le pone en riesgo de supervivencia, le provoca quemaduras solares y afea mucho su aspecto. Es conveniente buscar antes otras alternativas.
Podar arbustos
Los arbustos, de forma general, tienen menos necesidades de poda que los árboles. De hecho, hay arbustos que si disponen de un espacio amplio en el jardín, crecen con buena forma y con la frondosidad adecuada, no necesitan ser podados más allá de practicarles ligeras podas de limpieza para eliminar ramas secas, hojas, flores o frutos marchitos, chupones…etc.
En todo caso, y aunque no resulte imprescindible, es conveniente realizar una poda de formación durante los primeros años de desarrollo de un arbusto, así como podas de floración o fructificación si el arbusto es interesante por sus flores o por sus frutos respectivamente.
Por otra parte, con la poda, se puede conseguir alargar la vida de los arbustos, así como obtener arbustos más compactos y frondosos.
Consulta los distintos tipos de poda de un arbusto en las siguientes secciones:
Poda de formación de un arbusto
La poda de formación se realiza para dar al arbusto la forma deseada. Se puede realizar durante los primeros años tras la plantación o dejarlo crecer libremente durante 2-3 años y después aplicar la poda de formación. Antes de iniciar la poda de formación de un arbusto es conveniente conocer algunas características que afectarán a su poda:
¿Se trata de un arbusto retoñante o no retoñante?
Un arbusto es retoñante cuando produce vástagos o brotes de raíz, lo que hará que tienda a extenderse a través de varios troncos o tallos.
Si un arbusto retoñante se recorta a pocos centímetros del suelo o dejando dos yemas, reaccionará generando brotes desde la raíz.
Por el contrario, un arbusto no retoñante no genera brotes desde la raíz y para estimular su frondosidad se recortarán todas sus ramas a la mitad o a un tercio.
¿Se trata de un arbusto interesante por su floración o fructificación?
Si el arbusto resulta de interés por sus flores o por sus frutos, se debe conocer su época de floración y si florece sobre madera vieja o madera nueva para aplicar una poda que favorezca el desarrollo de la floración o fructificación.
Arbusto que florece sobre ramas del año en curso: La poda se realizará a finales del invierno o, en el caso de plantas sensibles a la poda, a finales de otoño. La poda de formación seguirá las siguientes fases:
- Año 1: Se recortan todas las ramas entre un tercio o la mitad.
- Año 2: Se recortan todos los brotes nuevos dejando uno o dos pares de yemas.
- Año 3 y siguientes: Se recortan los nuevos brotes a uno o dos pares de yemas.
Arbusto que florece sobre ramas del año anterior: La poda de formación se debe realizar al finalizar la floración. Si se poda en invierno, se eliminan las yemas florales y la planta no dará flor.
- Año 1: Se eliminan las ramas débiles, dañadas o mal ubicadas.
- Año 2: Se eliminan las flores marchitas tras la floración, recortando los tallos que han florecido a la altura de los brotes jóvenes que crecen en las ramas principales.
- Año 3 y siguientes: Se repite el mismo proceso.
Arbusto que florece sobre ramas de dos o más años: La poda se debe realizar al final del invierno, antes del inicio de la brotación floral.
- Año 1: Se eliminan ramas débiles, dañadas o mal ubicadas equilibrando la copa
- Año 2: Se eliminan ramas cruzadas o demasiado próximas
- Año 3: Se despuntan o recortan ligeramente las ramas que han dado flor.
Formas de un arbusto
- Arbusto en cepa: Se deja que el arbusto se desarrolle a partir de numerosas ramas que parten a ras del suelo. Para esta opción el arbusto debe ser retoñante.
- Arbusto con varios troncos: Se eliminan las ramas que surgen de la base dejando únicamente de 2 a 5 troncos de 30 a 60 cm de longitud a partir de los cuales se deja que se desarrollen ramas secundarias. Para esta opción el arbusto debe ser retoñante.
- Arbusto en pie bajo: Se eliminan todas las ramas de la base dejando únicamente un tronco base de 20 a 40 cm de altura, del que se deja que salgan el resto de ramas.
- Arbusto arbolillo: Se forma un tronco único con una copa elevada, con aspecto de pequeño arbolillo. Para favorecer el crecimiento recto del tronco, se debe atar un tutor. Una vez la copa alcance la altura deseada, se podrá despuntar la rama guía o brote apical, lo que estimulará el crecimiento de las ramas laterales desarrollando una copa compacta.
Poda de limpieza de un arbusto
La poda de mantenimiento o limpieza debe realizarse en todos los arbustos una o varias veces al año para mantener el arbusto sano, con una estructura equilibrada y con buen aspecto. Mediante la poda de mantenimiento se deben eliminar:
- Tocones: trozos de ramas sin brotes que se han quedado secos.
- Ramas débiles, cruzadas o mal ubicadas, deterioradas o enfermas
- Hojas, flores y frutos marchitos.
- Chupones no aprovechables: Son rebrotes muy vigorosos que surgen del tronco o de las ramas.
- Sierpes: Son rebrotes muy vigorosos que surgen directamente de las raíces.
- Brotes ‘bastardos’, por ejemplo, brotes con hojas completamente verdes en arbustos de follaje variegado.
Poda de floración de un arbusto
Cuando el arbusto interesa por su floración, se debe realizar una poda correcta que no elimine las yemas de flor e incluso estimule el desarrollo de una floración más atractiva. Para ello es preciso conocer la época de floración del arbusto y si florece en madera vieja o madera del año:
Arbustos que florecen sobre los brotes del año, en primavera o verano
La poda se debe realizar durante el invierno, época de reposo vegetativo de la planta. En climas con heladas se debe esperar al final del invierno para que los fríos más intensos hayan pasado.
Recortaremos las ramas desarrolladas durante la temporada pasada dejando entre 2-5 yemas. De estas yemas nacerán brotes florales nuevos en primavera. Si se buscan floraciones especiales:
- Alargar la floración en arbustos de floración precoz: Cuándo haya finalizado la floración, sobre el mes de Mayo, realizar una segunda poda de floración para estimular el nacimiento de nuevos brotes que darán flor en verano.
- Flores grandes, aunque menos abundantes: Recorta las ramas dejando sólo 2-3 yemas.
- Flores abundantes, aunque de menor tamaño: Recorta las ramas dejando 5-6 yemas.
Arbustos que florecen en el extremo de pequeños brotes del año, en primavera
La poda se debe realizar después de la floración.
Se trata de una poda muy ligera basada en eliminar los brotes que han florecido cortando sobre otros brotes nuevos, bien situados y vigorosos, que serán los que den la próxima floración al año siguiente. No se debe cortar dejando sólo 2-3 yemas, ya que la floración del año siguiente sería poco abundante.
Arbustos que florecen sobre la punta de brotes de ramas del año anterior, a finales del invierno
La poda se debe realizar al finalizar la floración. Si se poda en invierno, se eliminan las yemas florales y la planta no dará flor.
Despuntaremos las ramas del año dejando 2-3 yemas laterales de las que nacerán brotes en cuya punta nacerán las flores del año siguiente.
Arbustos que florecen sobre brotes laterales de ramas del año anterior, a principios de primavera
La poda se debe realizar al finalizar la floración. Si se poda en invierno, se eliminan las yemas florales y la planta no dará flor.
Recortaremos las ramas a ras del suelo, lo que estimulará un fuerte rebrote. Si se prefiere un recorte más suave, se puede recortar cada rama sobre una yema nueva a unos 30-40 cm del suelo.
Arbustos que florecen a finales del invierno o principio de primavera, sobre rama de dos o más años
La poda se debe realizar al final del invierno, antes del inicio de la brotación floral.
Despuntaremos ligeramente las ramas terminales del año y aligerar las ramas viejas anualmente. Básicamente se trata de una poda de mantenimiento anual que estimule la formación de yemas de flor en los años posteriores, es decir, los resultados de una poda adecuada se obtienen a largo plazo.
Podar arbustos de tallos decorativos
En el caso de arbustos cuyo principal valor ornamental está en la madera, su corteza, sus ramas o sus tallos, se debe realizar una poda enfocada a estimular la brotación de nuevos tallos y la intensidad de su colorido.
Para ello es conveniente recortar toda la madera vieja hasta un tercio de su longitud todos los años a principios de primavera. La energía de la planta se concentrará en producir nuevos brotes de intenso colorido y de gran atractivo.
Se debe tener en cuenta que en aquellos arbustos que florecen sobre madera del año anterior, se perdería la floración, por lo que habría que elegir entre conseguir un arbusto decorativo por su floración o por su madera.
Poda de renovación de arbustos
La poda de rejuvenecimiento o renovación se realiza en arbustos viejos para eliminar ramas viejas y enmarañadas y obtener ramas nuevas. Si sobre un arbusto de realizan podas de mantenimiento periódicas, se retrasa la necesidad de aplicar podas de rejuvenecimiento, más complicadas para el jardinero y más agresivas para la planta.
Generalmente, la mejor época para realizar este tipo de poda es el invierno, durante el período de reposo vegetativo.
Casi todas las especies de arbustos admiten algún tipo de poda de renovación, aunque en plantas que estén muy debilitadas o especies más delicadas a la poda se debe optar por la opción menos agresiva.
Los tipos básicos de poda de renovación son:
- Poda de renovación progresiva. Es la opción más segura y respetuosa para la planta, aunque exige más tiempo y paciencia. Consiste en eliminar una mitad de las ramas recortándolas a ras del suelo y conservar la otra mitad de las ramas recortándolas a la mitad o a un tercio de su longitud.
Las ramas cortadas a ras del suelo darán lugar a brotes nuevos. Mientras tanto, las ramas viejas recortadas a la mitad o a un tercio aportarán alimento y energía al arbusto.
Al año siguiente se repetirá la misma estrategia de poda. Se eliminará un 50% de las ramas viejas que quedaron del año anterior, recortando el resto de ramas viejas a la mitad o un tercio de su longitud. Se continuará realizando la poda de renovación de esta forma hasta que se consiga eliminar toda la madera vieja. - Poda a un tercio. Es una opción rápida y sencilla para especies delicadas y plantas muy debilitadas, aunque no se consigue renovar del todo el arbusto, por lo que siempre es más recomendable la poda de renovación progresiva. Consiste en recortar todas las ramas del arbusto a 40-50 cm del suelo.
Inconvenientes de este tipo de poda:- El tercio inferior de la planta sigue siendo madera vieja.
- En la parte baja del arbusto se producirá un rebrote intenso de ramitas que deberán podarse adecuadamente para evitar que el arbusto vuelva a enmarañarse rápidamente.
- Poda a ras del suelo. Es la opción más drástica y arriesgada para la planta. Sólo debe aplicarse en arbustos fuertes y especies que soporten bien la poda. Consiste en recortar todas las ramas del arbusto a ras del suelo.
Podar coníferas
La poda de coníferas se trata de manera especial debido a que son especies de lenta cicatrización y, por ello, más sensibles al contagio de plagas y enfermedades a través de sus heridas.
Por otra parte, la mayoría de las coníferas no rebrota a partir de madera vieja, lo que hace imprescindible realizar podas más ligeras y regulares.
Poda de formación
En la mayoría de coníferas, debemos respetar la forma natural de crecimiento del árbol, y debido a su lento crecimiento, las podas de formación a realizar son muy ligeras, aunque no se deben descuidar. La poda de formación incluye:
- Mantenimiento de la rama guía. Se debe revisar la rama guía, principalmente en las especies de desarrollo cónico, de forma que se sustituya en caso de rotura accidental. Para restaurar la guía se eliminará la rama guía rota, se colocará un tutor atado al eje del tronco y se atará al tutor el brote más fuerte, más cercano y mejor dirigido.
- Elevación de la copa. Muchas coníferas crecen con forma cónica con ramas desde la base del tronco. Sus ramas inferiores, cuando crezcan, acabarán tocando el suelo, perjudicando la estética y salud del árbol, así como dificultando la realización de las tareas del jardín en esa zona del suelo. Para evitarlo, es conveniente eliminar las ramas más bajas del árbol cuando aún son jóvenes, de forma que la poda de dichas ramas no resulte agresiva y peligrosa para el árbol.
En las coníferas de copa redonda y elevada se debe despejar el tronco de ramas hasta la copa.
Poda de mantenimiento
Además de ir realizando poco a poco una ligera poda de formación, se debe seguir una poda de limpieza y mantenimiento anual, aunque muy suave, durante toda la vida de la planta.
La gran densidad y compactación de las ramas y follaje de las coníferas hacen que las ramas reciban poca luz, o se rocen entre sí, dañándose y secándose. Al contrario que en otras plantas, las ramas o madera vieja de las coníferas, no producen rebrotes, por lo que si su follaje se seca, es irrecuperable.
Para mantener las coníferas sanas y con aspecto estético, se realizan dos tipos de poda de mantenimiento:
- Aclareo de ramas. Se eliminan ramas mal ubicadas o mal formadas, favoreciendo la entrada de luz en la copa y evitando que el follaje se seque.
- Limpieza de ramas secas. Cuando no se ha podido evitar que alguna rama se seque, hay que eliminar la parte seca cuanto antes puesto que resulta poco estética, está quitando luz a otras ramas y sabemos que no rebrotará.
Podar setos
Los árboles o arbustos con los que se desee crear un seto deben ser podados de forma casi constante y siguiendo un procedimiento desde su plantación. Por ello, se deben elegir árboles o arbustos que admitan bien los recortes y puedan desarrollar una estructura densa y compacta.
Sin embargo, en función del tipo de seto y de las plantas que formen el seto, la poda a realizar es diferente:
Podar setos informales
Los setos informales exigen la misma poda que si cada arbusto se plantara de forma aislada, y por tanto, requieren menos tiempo y esfuerzo que los setos formales, además de aportar un aspecto más natural e informal al jardín.
Podar setos formales
Este tipo de setos son compactos, simétricos y estructurados y exigen una poda de formación intensa y podas de mantenimiento constantes:
Setos con especies retoñantes: Es el caso de plantas que producen nuevos brotes de raíz, como Ligustrum, Pyracantha, Prunas espinosa, Crataegus, Tamarix… La poda seguirá las siguientes fases:
- Año 1: Tras su plantación se recortan todos los tallos o ramas a 15-20 cm del nivel del suelo. En verano se despuntan y recortan las ramas que se han desarrollado desde el recorte inicial.
- Año 2: A finales del invierno se recortan las ramas al 50%. En verano se despuntan todas las ramas altas y laterales.
- Año 3 y sucesivos: En invierno se recortan las puntas de las ramas altas y laterales limitando el crecimiento de la planta dentro de los límites que se desee establecer. Entre mayo y septiembre, meses de mayor desarrollo de la planta, se deberán realizar pequeños repasos y despuntes cada mes o mes y medio.
Si se trata de arbustos que florecen en madera del año anterior o arbustos sensibles a la poda, se debe buscar la época más adecuada para realizar las podas más fuertes, principalmente las realizadas los dos primeros años.
Setos con especies no retoñantes: Se trata de setos de plantas que no generan brotes nuevos de raíz como Carpinus betulus, Corylus avellana, Forsythia, Ribes sanguineum,… La poda seguirá las siguientes fases:
- Año 1: Se recorta la rama guía a un tercio de su longitud y el resto de ramas laterales en la misma proporción.
- Año 2: Se repite la misma poda que en el año 1, se recorta la rama guía a un tercio de su longitud y el resto de ramas laterales en la misma proporción.
- Año 3 y sucesivos: Se despuntan todas las ramas para ir limitando el desarrollo del seto. Esta poda debe hacerse todos los veranos, a excepción de los arbustos que florecen sobre madera de un año, en cuyo caso se realizará al finalizar su floración, pudiendo realizar otra muy ligera a finales de verano.
Una vez que el seto alcance la altura deseada, de debe eliminar toda la vegetación superior y la rama guía.
Setos con especies siempreverdes y coníferas: En este caso la poda seguirá las siguientes fases:
- Año 1: Se recortan las ramas laterales y se deja íntegra la rama guía. En verano se recortan nuevamente las ramas dándole forma.
- Año 2 y sucesivos: Se despuntan las ramas cada verano, aportándole forma al seto. Una vez que el seto alcance la altura deseada, se elimina la rama guía.
Podar orquídeas

Las orquídeas se deben podar anualmente tras la floración. La poda consiste en eliminar los tallos que han florecido cortándolos por la base. Así, se estimulará el crecimiento de nuevos tallos que florecerán con más fuerza.
Si no se realiza la poda de floración de las orquídeas, los tallos volverán a florecer pero darán flores más pequeñas y menos atractivas.
Además, se debe realizar una poda de limpieza regularmente eliminando hojas y flores marchitas o enfermas. También se deben eliminar las puntas negras que salen cuando la planta envejece. Esta poda puede realizarse en cualquier época del año.
Intentamos resolver todas las cuestiones relacionadas con la poda, evidentemente es una técnica que requiere de práctica y experiencia en sus múltiples variantes. Te dejamos una lista con otras especies que también se podan por si necesitas ayuda, si no encuentras lo que buscas contacta con nosotros: